sábado, 14 de junio de 2008

Jeff Wall, A SUDDEN GUST OF WIND






Daniel Gutiérrez Luque

2007/2008

Jeff Wall

FICHA TÉCNICA:

Título: “Una Repentina Ráfaga de viento”

Autor: Jeff Wall

Técnica: Fotografía

Fecha: 1995

Exposición: TATE GALLERY, Londres

Dimensiones: 2500x3970x340 mm

A Sudden Gust of Wind” (After Hokusai), obra del canadiense Jeff Wall (Vancouver 1946) nos remite a uno de los grabados japoneses más conocidos, titulado “Thirty Six Views of Mt Fuji” de Katsushika Hokusai 1830-1833. Wall, realiza un meticuloso trabajo, casi de procedimiento oriental, utilizó más de cien fotografías para componer el montaje digital definitivo, aquel que retrata, como el más sutil de los pintores, el movimiento del aire, la espiritualidad suspendida en el vacío de las cosas triviales, como un papel.

Jeff Wall, nace en Vancouver en 1946, ciudad donde trabaja. Como artista y como teórico se ha convertido en miembro de los más destacados pensadores en su disciplina. Siendo premiado en el año 2002 con el prestigioso premio “Hasselbad”. Hasta los años 60, estudia en el “Courtauld Institute” de Londres, sobre la historia social del arte. Wall se descubre como un pintor de lo prosaico que se opone al propio medio, pues la ley básica de su trabajo es la del director artístico de una película que sólo quiere exponer un procedimiento. Su obra ha ayudado a definir el llamado “Fotoconceptualísmo”, retornando con ella a la labor de “estudio”, estando muy influido por los temas de la pintura francesa, (Delacroix, Manet,…) Crea sus imágenes a partir de lo que él llama una “academia interior”, siguiendo un “programa de la vida moderna”, así como los pintores de historia seguían programas iconográficos fijados por textos canónicos. Sus imágenes son de grandes proporciones (2x2m), transparencias colocadas en cajas de luz (según el fotógrafo esta idea le vino durante un viaje en autobús entre España y Londres, tras ver un anuncio publicitario montado sobre una caja de luz en una parada de autobús). La característica más palpable de su obra, es la preparación minuciosa de los escenarios y los actores, junto con el pleno control de todos los detalles, así como, unas composiciones bien pensadas, desarrolladas a partir de los artistas clásicos. Su temática abarca temas sociales y políticos tales como la violencia urbana, el racismo, la pobreza, o incluso conflictos de género y clase.

Las preocupaciones de este artista en cuanto al medio con el que trabaja, son expresadas por él mismo en su “Escrito sobre fotografía”, en el que expone que:

“Para la generación de los 60, la fotografía artística permanecía demasiado enraizada en las tradiciones pictóricas del arte moderno. Vivía una existencia marginal de una serenidad irritante, que la mantenía a distancia del drama intelectual del vanguardismo al tiempo que reivindicaba un lugar destacado, o incluso definitivo dentro de este. Los artistas más jóvenes querían alterar este orden, desarraigar y radicalizar el medio, y así lo hicieron, mediante el recurso más sofisticado que tenían a su alcance: la autocrítica del arte asociada a la tradición vanguardista. Su enfoque insinuaba que la fotografía todavía no se había convertido en vanguardia, todavía no había llevado a cabo el auto-derrocamiento o deconstrucción que las otras artes habían establecido como algo fundamental para su desarrollo y su amor propio. Es bien conocido como los artistas de esa generación realizan su intento de “desarraigar y radicalizar el medio”: por un lado, y en una aproximación al Foto documentalismo y a la fotografía sin pretensiones de artisticidad especifica, se sirven de ella como documento de sus propios comportamientos, acciones, “señalizaciones”, etc. Pero también del propio dominio de lo social, del orden de la vida cotidiana. Por otro lado, exploran las virtualidades de un

medio técnico que, con su desarrollo industrial en la 2ª mitad del siglo, pone la capacidad de producción de imágenes al alcance de cualquier persona. La disolución del existir separado de lo artístico que niega el privilegio de la condición del artista a sujetos específicos, para pregonarla del total de la humanidad, encuentra en el eslogan de la Kodak en los 60 un inesperado refuerzo. “Tu aprieta el botón, nosotros hacemos el resto”. No es solo que los jóvenes artistas de esos años imitaban en sus trabajos documentalistas el amateurismo de las fotografías instantáneas, ironizando contra el Tic de la artistización de la fotografía que hasta entonces había reproducido sin sentido crítico los criterios del “arte culto”, de la “técnica” y la “calidad”. Más allá de ello, se invitaba a escrutar los potenciales de la negación de la autoría de la artisticidad”.

Ahora centrémonos en la obra seleccionada, sobre la cual, tras conocer brevemente la técnica y preocupaciones de su autor, trabajaremos a continuación: “A Sudden Gust of Wind”, “Una repentina ráfaga de viento”.


Al igual que en el resto de sus obras, el fotógrafo canadiense, no plasma una escena recortada de la realidad, como las de “Robert Cartier Bresson” creador de “L´instant precis”, aunque en esta imagen, juega un poco con ese efecto, realizando una creación artística escenográfica; por lo que hablaríamos de Wall, como un pintor fotográfico que juega con los fotomontajes, rellenando una superficie blanca sobre la que trabaja, superponiendo acetatos en una “caja de luz”, con una bombilla detrás de todas las capas. La disposición de los elementos visuales en esta imagen conjugan una gran efectividad en cuanto al movimiento y la expresividad de la imagen en la que encontramos una amplia perspectiva cónica, marcada por las líneas que delimitan el río a la derecha de la escena, que a su vez se podría desmembrar en cuatro planos.

En el primero hallaríamos cuatro personajes que se encuentran en diversas posturas y dos árboles curvados sobre un puente de tierra en la base de la fotografía. En un segundo plano se observan: el río (en la zona del centro a la derecha), un segundo puente (al fondo del río), una serie de postes eléctricos, que reflejan profundidad por su sucesión de tamaños desde el más grande y cercano, al más pequeño y lejano, (en la parte derecha), junto con una gran extensión de tierra rojiza (que se extiende desde el río al borde izquierdo). Por tercer plano entendemos una ciudad desdibujada en la neblina, y por cuarto y último un vasto cielo que ocupa dos tercios de la imagen.

Se trata de una imagen en la que se presentan dos grandes masas horizontales (tierra y cielo), y una vertical que rompe en la zona izquierda la horizontalidad (los árboles). Predominan las tonalidades tierra, y se pueden observar diversos contrastes; el puente del primer plano, así como la extensión de tierra adyacente a la orilla izquierda del rio, muestran un tono tierra rojizo que resalta con ambas orillas del rio de tonalidades verdosas y amarillentas jugando con el contraste de contrarios. Encontramos también un gran contraste entre fríos y cálidos entre el rojizo de la tierra y hojas de los árboles, con el azul blanquecino del cielo. Juega el artista a su vez, con el contraste de claroscuros, cuando coloca a los personajes ataviados con prendas de tonalidades negras, sobre los planos de color más claro que aparecen tras ellos, y cuando coloca los tonos de mayor oscuridad en el tercer plano (en la ciudad neblinosa), dando una mayor sensación de profundidad; desdibujando dicho plano, lo que también sirve para reforzar la profundidad de la escena y contribuir a la perspectiva cónica. Tenemos una imagen de gran luminosidad, con la iluminación natural típica de un día nublado, lo que se deduce de la ligera ausencia de sombras.

Se nos plantea una fotografía que a pesar de su instantaneidad, alberga una gran sensación de movimiento, conseguido a través de su personaje principal, la repentina ráfaga de viento; personaje elíptico que barre la escena de izquierda a derecha de forma ascendente, como si de una línea diagonal se tratase, revoloteando los papeles del primer personaje humano de la derecha, y esparciéndolos por todo el cielo, meciendo con fuerza los árboles provocando que se le desprendan las pocas hojas que les quedan, y estirando las telas de los ropajes de los personajes. El segundo hombre de la izquierda, corre a favor del viento, como si tratara de recuperar los papeles o buscara refugio del fuerte viento, mientras que el personaje central observa sorprendido (hecho que se deduce de su pose, con los brazos abiertos en señal de indignación), como vuela por los aires su sombrero. Por último, el personaje de la derecha trata de no perder su gorro, sujetándolo con fuerza con su mano izquierda, mientras busca refugio.

Aquí Wall está jugando, al igual que otros grandes artistas (como Velázquez o Goya), con el espacio, con la intención de plasmar en una imagen el aire que discurre por la escena.

Como se puede observar en el “Estudio previo de: Una repentina ráfaga de viento” (collage, lápiz de color y acetatos, 773x1215mm), el viento, los personajes, los papeles, el árbol, el río, todo está

milimétricamente colocado en la escena, todo juega un papel significativo en la búsqueda del artista de la representación gráfica del movimiento del viento.

Observamos que las actitudes de los personajes, así como la acción del viento y la colocación de los elementos visuales, están inspiradas en el grabado de Katsushika Hokusai, “Thirty six views of Mt Fuji, 1830-1833, uno de los más famosos grabados de la época. En él, encontramos el tema acerca del que trata nuestra imagen, que no es más que el de llevar a la actualidad una escena de género, ya que no es más que un retrato del viento y de la espiritualidad de lo trivial.

Una interpretación personal, me lleva a razonar que se trata de un retrato idealizado de la sociedad actual en la que existen diferentes tipos de personas, y diferentes modos de reaccionar ante la realidad, para exponer eso me baso en la fuerza de la imagen que tienen la expresión de los personajes, están los que pierden los papeles, que se quedan estupefactos ante el porvenir de los acontecimientos (como el personaje de la izquierda), están los que huyen (como el segundo personaje de la izquierda), a continuación y representados por el personaje central, están los que aunque se indignan, se resignan ante la realidad, y por último los que se esconden de la realidad y tratan de sobrellevarla lo mejor que pueden representados por el personaje de la derecha.

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